“….Los representantes de 32 países, durante la Jornada de Planificación del 2014, en febrero del 2009 en Schoenstatt, sugirieron “establecer un Trienio cuyo contenido debe encauzar las ya mencionadas corrientes de vida en la Familia Internacional” (la fuerza del Santuario en todas sus dimensiones, la vinculación con nuestro Padre y su carisma, el ímpetu misionero, el don y el desafío de la unidad de la Familia) (Mensaje 2014).
En torno a este jubileo, en toda la Familia Internacional de Schoenstatt, se unen la culminación agradecida de los primeros 100 años de fidelidad y fecundidad de la Alianza de Amor, con el inicio esperanzador de una renovación para esta nueva etapa que se proyecta al futuro.
El Trienio espera motivarnos en una actitud mariana de escuchar las voces de Dios y las de los otros, conquistando las “gracias del 2014”... ¡Nada sin Ti, Nada sin Nosotros!
Cada año del trienio tendrá su acento: el 2011, a partir de este 18 de octubre, nos centraremos en el Padre, el 2012 en el Santuario y el 2013 en nuestra Misión. Con la apertura del trienio, se da inicio a la preparación del año jubilar, que culminarán con la gran peregrinación - presencial o espiritual - a Schoenstatt y Roma el 18 de Octubre del 2014. Esperamos que en esta preparación en común, se vaya generando un proceso continuo y progresivo, propio de una corriente de vida, que alcance a toda la Familia de Sch. Internacional. La meta de estos tres años es que la Familia Internacional de Schoenstatt ingrese al año jubilar unida en torno al Padre, animada y enriquecida en la vivencia de la Alianza y encendida por la misión, para renovar en el 2014, en cada Santuario, la Alianza de Amor y proyectarla.
Estas celebraciones no quieren ser sólo para agradecer y festejar, sino para implorar una nueva irrupción de gracia que nos impulse con renovada fidelidad y fuerza, en nuestra misión y servicio a la Iglesia. Nuestro anhelo es que la Alianza de Amor con María se difunda en la vida de la Iglesia, que nuestros Santuarios sean lugares abiertos y fuentes de renovación para todos, que la Iglesia reconozca y se abra al carisma de nuestro Padre, para gestar una cultura de la Alianza. Todo esto dependerá de la entrega y compromiso de cada uno de nosotros……”
Padre Eduardo Aguirre
Colaboracion: Josefina y Juan Manuel
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