
En víspera de la llegada de los Reyes Magos, nos parece oportuno hablar del aniversario
que vive la Familia de Barcelona este año,
10 años de la Coronación de la Reina de la Fecundidad Apostólica,
empezamos con un aporte de la juventud Femenina
“¿Por qué coronamos?
No coronamos porque hay que coronar sino porque María quiere reinar. Después de 75 años de juventud femenina queremos fundar una nueva generación en España. ¡El tiempo urge! Hoy se necesitan personas que reconquistando la historia se decidan a marcarla poniendo a Cristo y a María en el centro. Pero esto no será posible si no nos unimos en una santa Revolución del Amor: vivir nuestra Alianza de Amor de forma heroica. ¡Se nos pide dar la vida en lo pequeño! Reconocemos que nos falta una identidad schoenstattiana, coraje apostólico y coherencia de vida, sin embargo, nuestro Padre no ha perdido la confianza en nosotras y nos regala una Reina. Con ella respondemos libremente a esta misión: AD SUM.”
(Línea de Coronación, elaborada en la Jornada Nacional de Jefas, Valldoreix, febrero del 2006)
En Schönstatt, la historia de coronación comienza ya desde el momento en que la madre del P. Kentenich, no pudiendo cuidar de él, se lo entrega a María.
- La madre se encuentra en una situación de impotencia.
- Se dirige a María y le entrega su hijo, una entrega que expresa con una cadenita de oro.
- María asume su tarea de Madre y educadora y el niño vive para Ella.
No se habla expresamente de coronación, pero María ya actúa como Reina. También encontramos esto en el Acta de Fundación de Schönstatt: “Sin duda alguna no podríamos realizar una acción apostólica más grande, ni dejar a nuestros sucesores una herencia más preciosa que inducir a nuestra Señora y Soberana a que erija aquí su trono de gracias de manera especial”
La primera coronación “oficial” de la Familia fue el 10 de diciembre de 1939, en el Santuario Original. Por ese tiempo los nazis habían convertido el seminario en una escuela nazista y las marchas nazis resonaban en el valle de Schönstatt.
La situación era difícil de sobrellevar y tanto el movimiento como el Santuario corrían grave peligro. No se ve una solución humana para esta situación. La Familia entonces corona a la Mater con una corona que regalaron las Hnas.
En 1941 los nazis se llevan preso al PK., primero a Coblenza, luego al campo de concentración de Dachau. Ante semejante peligro y tan pocas posibilidades, sólo cabe confiar en la Reina. Por tanto la coronación se transforma en un estilo de vida: toda la Familia se esfuerza por llevar a la vida el espíritu de la coronación. Esto significa entregarse por entero a María en el día a día. Le entregan el poder sobre esa situación y ellos se preocupan por convertirse en auténticos hijos de Dios, por luchar heroicamente, subiendo al máximo las exigencias, por su santidad.
A partir de todo lo que surgió con esa entrega, se dio una corriente de coronación muy fuerte que aún hoy sigue despertando vida.
“Un gran signo apareció en el cielo: una Mujer,
vestida de sol, con la luna bajo su pies,
y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. (Ap. 12, 1)"
Aporte: Jornada de Jefas Juventud Femenina febrero de 2006
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