Recordamos la muerte de Jesús en la cruz para salvarnos. La liturgia de este día es de una sobriedad muy elocuente. Es el día de la Pasión del Señor y no se celebra la Eucaristía. Puntos culminantes de la liturgia de Viernes Santo son el relato de la Pasión según san Juan, la Oración Universal y la Adoración de la cruz. El rito de la Comunión empieza con el Padre Nuestro. La cruz es la victoria del amor sobre la muerte y el pecado. Este es un día de ayuno y de abstinencia, es decir: se disminuye la cantidad de alimento y nos abstenemos de comer carne. Es también un día de silencio y de recogimiento interior.
En Adviento de 1941, nuestro Padre y Fundador se encontraba prisionero en el convento de los Carmelitas de Coblenza, por orden de la gestapo. Una hermana llamada Mariengard, preocupada por el P. Kentenich, escribe al Niño Jesús, así como lo hacen los niños pidiendo sus regalos de Navidad: “Querido Niño Jesús: pronto descenderás a la tierra en la Nochebuena y aun no te he escrito la que quiero que me trigas. Cada año traes muchas cosas lindas a los niños que se portan bien. Yo renuncio con gusto a todas ellas con tal que vuelva el Padre. Este año tengo que pedirte algo muy grande. Hace ya mucho tiempo que nuestro querido Padre está lejos de nosotras y lo extrañamos. ¿Podrías enviarle un Angel al Padre para que lo visite, cuando aún Tú desciendas a la tierra en Nochebuena? Entonces, de pronto, su celda se iluminaría; el Ángel le diría: No temas, te anuncio una gran alegría. Hoy, en Schoenstatt, ha nacido el Salvador. Apresúrate y vete al Santuario, allí hallaras al Niño en brazos d
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